Capítulo 68

—Con lo asqueroso que eres, ¿de verdad no entiendo por qué papá te trajo aquí? —Una voz femenina resonó, llena de desprecio y repulsión. Otra voz masculina, cargada de burla, se unió enseguida: —Eres un inútil. No mereces ser parte de la familia Pérez, nunca podrás volver a casa. Tú y tu madre deberían estar muertos. Al principio no pensaba intervenir, pero al oír tantas maldiciones, no aguanté más. Me levanté el vestido y fui hacia allí. Detrás de una roca ornamental, un chico con camisa blanca y chaleco negro era objeto de insultos de parte de una joven y un hombre vestidos con atuendos costosos; incluso lo empujaban con violencia una y otra vez. —¿Qué están haciendo? —Mi voz sonó cargada de enojo. Los dos se giraron para mirarme. La mujer, con tono irritado, replicó: —¿Y tú quién eres? ¿Su amante acaso? —Cuida lo que dices. —Fruncí el ceño mientras la miraba. Por su ropa y modales, estaba claro que era una señorita de familia adinerada que asistía al banquete, pero hablaba como una