Capítulo 510

Pensándolo bien, Luciano había cambiado con los años. Antes despreocupado y descarado, solía recorrer el mundo con una confianza inquebrantable, con la risa siempre en los labios. Pero ahora se había vuelto más tranquilo, incluso cauteloso. El fuego de su mirada no se había apagado, sino que se había atenuado, enterrado bajo capas de algo más frío. Algo más pesado. Nadie sabía exactamente por qué. Quizás nadie se atrevió a preguntar. Luciano no habló. Simplemente se recostó en su asiento y dejó escapar un largo suspiro de cansancio. El club a su alrededor vibraba con luces de neón, y el retumbar de la música grave y potente resonaba en la pista. Se oían risas. Las copas tintineaban. Pero nada de eso le llegó. La vibrante escena bien podría haber estado sucediendo en otro planeta. Él no pertenecía allí. Ya no. Y aún así, no tenía ningún otro lugar adonde ir. El Grupo Moreno había estado tranquilo últimamente. Los negocios marchaban bien. No había conflictos internos ni disputas territor