Capítulo 12

—Isabel, ¿puedes cocinar para nosotros? —preguntó Iván. —Pero ya es muy tarde, ¿no va a preparar Paola el desayuno mañana por la mañana? ¿No pueden esperar hasta entonces? —respondió Isabel. —Pero tenemos mucha hambre, Isabel, ¿acaso no nos quieres nada? ¡Se lo vamos a decir a papá! —Ismael agarró la ropa de Iván. Solo querían volver a comer la comida que Isabel preparaba, pero no esperaban que ella cambiara de expresión de inmediato. Se levantó de la cama y se acercó a los dos niños. Ismael pensó que lo que había dicho había funcionado y justo esbozó una sonrisa, pero Isabel levantó la mano y le golpeó la cara. Iván se asustó y gritó. —¡Isabel, ¿por qué le pegas?! Pero al siguiente segundo, Isabel también golpeó a Iván. La piel de los niños era delicada y su tolerancia al dolor baja. Aunque Isabel era mujer, les dejó las mejillas rojas e hinchadas. Ellos tenían lágrimas en los ojos, pero a Isabel no le importó y habló: —Si ustedes se atreven a decir algo indebido delante de Rubén, en