Capítulo 10

En la gran pantalla se proyectaba un video erótico entre un hombre y una mujer, y la protagonista no era otra. Era la novia de la boda... Daniela. En los videos, Daniela no mostraba para nada la imagen dócil que solía tener ante Gonzalo, por el contrario, se exhibía con una actitud salvajemente dominante. Además, en cada video el hombre era distinto, pero la mujer nunca cambiaba: de principio a fin, siempre era Daniela. Gonzalo miraba a Daniela, incrédulo. En su recuerdo, ella siempre había sido una mujer tradicional; incluso había insistido en que debían esperar hasta el día de la boda. Sin embargo, en los videos, no había ni un solo hombre repetido. "¿De verdad esta es la Daniela que yo conozco?", pensó Gonzalo. Los invitados estallaron en exclamaciones, y algunos incluso empezaron a tomar fotos con sus celulares. Al ver la escena, Daniela se apresuró, nerviosa, a tomar la mano de Gonzalo para explicarle: —Gonzalo, todos estos videos son falsos, tienes que creerme. Jamás haría algo t