Capítulo 16

Las lágrimas de Ángeles ya no pudieron dejar de fluir, se cubrió el rostro y, entre sollozos, respondió. —Sí. Al escuchar esto, Julián no pudo ocultar la emoción en sus ojos. Él sentía que todo aquello era muy irreal: "¿Ángeles realmente es mi novia?" Cuando la alegría lo desbordó, no pudo contenerse y la abrazó con fuerza. Le susurró al oído: —Te prometo que te cuidaré toda la vida. ... Sin embargo, Gonzalo, quien ya había sido rechazado por Ángeles, no se dio por vencido. Lo que alguna vez le hizo a Ángeles, ahora ya no significaba nada. Regresó a Ciudad de la Montaña Dorada, pidió un mes de permiso y, después de tomar un vuelo, emprendió un largo viaje hasta llegar al Pueblo Costero. Al llegar, la escena que vio lo dejó sin aliento. En una esquina apartada junto a la pared. El brazo de Julián descansaba sobre la pared, mientras Ángeles estaba encerrada en sus brazos, en una postura muy íntima. Los ojos de Gonzalo se abrieron de par en par cuando Julián se inclinó y la besó. Era un b