Capítulo 27

¡Sí! ¡Qué lástima... había tenido un aborto! ¡Bianca sintió que las palabras se le atoraban en la garganta! Pero al final no dijo nada. ¿De qué serviría decirlo? ¿Acaso él podría "vengar" al niño? Pero, por su reacción, parecía que lo del medicamento no tenía nada que ver con él. Él era el jefe de la Corporación Altamira; por muy despreciable que fuera, no llegaría al punto de conspirar contra el niño en su vientre. Los ojos de Bianca se enrojecieron, pero fingió ligereza. —David, ¿con qué derecho crees que voy a tener un hijo contigo? ¿Piensas que no existen buenos hombres en este mundo? Él soltó una risa fría. —Ya que los dos pensamos lo mismo, no hace falta discutir sobre eso. Sé que mi abuelo no podrá aceptar a Sandra en poco tiempo. No necesito que hagas nada, solo que no... ¡Eches más leña al fuego! Así que... ¡había venido a interceder por Sandra! —David, me sobrestimas. No tengo la costumbre de competir con otra mujer por un hombre. Mientras ella se comporte, nadie querrá provo