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Capítulo 337

“Veo que estás buscando a Rene Kingston. ¡Qué coincidencia! Soy yo”, dijo Aden. Al principio, Carson lo había confundido con RK y el otro no se molestó en aclarar el malentendido. No tardaría en descubrir que se trataba de Aden, un sujeto tan conocido como RK. “¡Así que tú eres RK! Oí decir que eras apuesto. ¡Has tenido el valor para seducir a la mujer que me gusta!”. Carson era muy consciente de que trataba de actuar como un matón despiadado, aunque fracasó rotundamente en asustarlos. “¡Oh, eso no tiene nada que ver conmigo! ¡Hey, Rene!, ¿rechazaste a otra chica?” Aden se acercó al grupo con una sonrisa maliciosa y se acomodó debajo de un árbol, al lado de unos cuantos miembros del equipo de baloncesto, para ver la diversión. “¿No eres RK?” Entonces tenía que ser el sujeto atractivo, pero más tranquilo, que estaba parado al lado de Aden. Carson tuvo que admitir que RK era realmente impresionante, y se preguntó si las chicas ya no se enamoraban de los playboys, porque ahora preferían hombres fríos e indiferentes. ¡Cielos!, las mujeres hoy en día eran impredecibles. ¿Sería posible conquistar al mundo solo con apariencia? ¡Era ridículo! Definitivamente, eran unas tontas al juzgar a un hombre por su aspecto. “Sí, lo soy”. Entonces Carson comprendió por qué todas las chicas perseguían a este tipo. Su voz angelical parecía venida de los cielos. Era como la voz de un cantante sin igual. Si ese sujeto cantara una canción de amor, tentaría a las mujeres a hacer lo que fuera. “RK, ¿cómo me explicas que hayas intentado seducir a la mujer que elegí?” Carson asumió de nuevo la actitud de un pendenciero. “No tengo que explicarlo. No tengo la culpa de ser guapo”. En realidad lo que quería decir era: ‘Estoy en mi derecho, ya que soy tan atractivo. Si no te gusta y tienes el valor, ven y atrévete a desfigurarme el rostro’. Carson sintió que necesitaba mostrarle a RK lo poderoso que era. “Nos vemos en la cancha de baloncesto. Te reto a un duelo, uno a uno”. Al día siguiente, los dos grupos de estudiantes faltaron a clase a la misma hora. Para RK no era un inconveniente ausentarse. Como siempre sacaba las mejores notas, los profesores no tenían nada que objetar acerca de que faltara ocasionalmente con la excusa de que se sentía angustiado y necesitaba una pausa. No podía decirse lo mismo de Carson. Daba la casualidad de que una de sus profesoras era su tía, así que rezaba en silencio para que ella no descubriera su ausencia. Los concursos, duelos y torneos eran una excelente manera de demostrar la habilidad ante el contrario. RK y Aden eran los pilares de su equipo. Si Carson conseguía derrotarlos, no sería un problema ganar la competencia final. Pero olvidó por completo que él mismo era el único soporte de su propio equipo. Es decir, si era vencido, sería como si los demás también lo fueran. Y eso fue justamente lo que ocurrió. No solo perdió, sino que fue una derrota miserable. Desde entonces, RK se convirtió en su mayor enemigo, y mantuvieron enfrentamientos constantes hasta la última contienda, celebrada durante la graduación. Como siempre, compitió contra RK, pero también salió derrotado. Además, se lesionó la pierna y su padre terminó por mandarlo al extranjero. Si se hubiera quedado, le habría hecho la vida imposible a su rival en la universidad, molestándolo sin cesar. Pero la distancia no disminuyó su animosidad. Trabajó duro para asegurarse de que RK no lo dejara atrás. Sabía que su rival había mejorado en todos los aspectos, y estaba decidido a mantener el nivel. Ahora, había vuelto dos días antes de lo previsto. En ese momento, sirvieron la comida en el hotel. Carson se sentó ante la mesa del comedor para desayunar, después se fue a empacar y salió. Su familia ignoraba que estaba de regreso. Su propósito no era otro que encontrar a RK y vengarse por lo sucedido años atrás. Admitió que, para ese entonces, se comportaba como un matón y un mujeriego que coqueteaba con todas sus compañeras de clase. Jamás obedecía a sus profesores, excepto a su tía. Al ser un niño travieso, era consciente de que no sería reprimido por hacer todo tipo de maldades, contando con la impunidad que le daba la riqueza familiar. Pero en realidad nunca había cometido fechorías ni le gustaba meterse en peleas. Tampoco disfrutaba que otro fuera golpeado. Prefería las comedias a las películas románticas que despertaban celos y su música favorita era el rock. No era demasiado sensible, y quizás esta era la razón por la que las chicas no se enamoraban de él. Al menos eso creía Carson… Ciertamente, no era por ser menos guapo que RK. A decir verdad, sus rasgos faciales eran firmes y muy bien delineados. Con una adecuada rutina de cuidado personal, era pan comido que las mujeres comenzaran a mostrar interés. De lo contrario, cualquiera como él parecería un perfecto idiota. Carson estaba lejos de ser uno, aunque podía decirse que era sabio e ingenuo al mismo tiempo, lo que añadía cierto encanto a su personalidad. En todo caso, su carácter seguía siendo un poco tosco. Había citado a RK en una gran cafetería, a eso de las nueve de la mañana. Tras una corta espera, lo vio acercarse con pasos lentos y confiados. No pudo evitar estallar en carcajadas al encontrarse con su adversario después de tanto tiempo. RK seguía siendo el mismo, elegante y apuesto, pero ningún atuendo podía hacer nada para protegerlo del frío del invierno, ni del calor del verano. En cuanto al otro, tuvo que admitir, al ver a Carson, que el tipo al fin parecía haber madurado un poco. Ya no actuaba como el rufián que recordaba y, en cambio, se veía como un hombre exitoso. Cuando los rivales se encontraron, sus ojos brillaron con odio. Carson se dio cuenta de que los años le habían sentado bien a RK, estaba más guapo que antes. Se preguntó qué tan emocionadas se sentirían sus antiguas compañeras de clase al verlo. ¡Ja!… ¡No eran más que un montón de chiquillas inmaduras!

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