Capítulo 3
Xenophilius tomó entre sus manos el acuerdo de divorcio, como si hubiera encontrado un gran tesoro, y anunció con frialdad: "Este documento establece que no tienes derecho a nada y que deberás mudarte mañana mismo. Solamente podrás llevarte tus pertenencias".
Unas gruesas lágrimas empezaron a rodar por el rostro de la chica, quien sintió que se congelaba la sangre dentro de su cuerpo.
Esa noche, empacó sus cosas y se hospedó en un hotel. Posteriormente, ella se puso en contacto con su tía en el País R, quien sugirió que fuera a vivir con ella.
Por otro lado, Vivianna estaba cansada de la gente y de cómo se desarrollaban las cosas en ese lugar, así que aceptó la propuesta. Sin embargo, descubrió que había dejado su pasaporte en la residencia de la familia Lambert.
De modo que tuvo que tomar un taxi de regreso para ir a recuperarlo. Mientras pasaba por el jardín, escuchó a alguien charlando entre los arbustos. Era su suegra, Xymeria Cabidis, quien, por su tono de voz, seguramente estaba sonriendo. "¿Ya estás satisfecha? Ahora, mi hijo está soltero, así que ya no tienes razones para sentirte agraviada".
El corazón de Vivianna latía con fuerza mientras se aproximaba al lugar de dónde salían las voces. Allí vio a su mejor amiga sentada frente a su suegra. Era Jessamyn Salaway, quien asentía tímidamente, pero con una gran satisfacción. "¡Espléndido! Como mi padre ha decidido invertir en Lambert Enterprise, le diré que ya puede hacerlo".
"¡Estupendo! Esa inversión será la guinda del pastel para Xenophilius. ¡Eres mi nuera favorita!", dijo Xymeria.
"Gracias", respondió la otra.
"¡Ahora puedes empezar a llamarme madre!", exclamó la mujer.
"Así es, mamá", respondió Jessamyn, dulcemente.
"Eres una nuera excelente. Me gustas de verdad, puedes estar segura de que ocupas un lugar muy especial entre la gente que quiero", dijo Xymeria.
El rostro de Vivianna se puso tan blanco como una sábana, al tiempo que sentía como si su corazón estuviera siendo atravesado por un cuchillo. ¡Una oleada de ira la abrumó!
Muchas cosas parecían estar relacionadas. ¡Jessamyn la había invitado a ese lugar! Después de beber dos copas de vino se sintió desorientada y cuando despertó, estaba en la cama de un hotel.
Todo había sido un complot de esas mujeres, para lograr que Xenophilius se divorciara de ella.
Resultó que el padre de su amiga tenía la intención de invertir en Lambert Enterprise y por eso debían echarla de la familia y darle un lugar a esa chica.
De repente, el rostro resentido de Vivianna apareció frente a ellas dos.
Xymeria se sorprendió, al igual que Jessamyn, sin embargo, al mirar el rostro pálido de Vivianna, supieron que ella escuchó su conversación. En ese momento, decidieron dejar de fingir.
"¿Tuviste el descaro de volver?", reclamó su exsuegra, mirándola con disgusto.
"Ustedes... todos ustedes me incriminaron. ¿Por qué hicieron esto?", las interrogó Vivianna con voz ronca y los ojos rojos.
La mujer la miró sin ningún sentimiento de culpa. "Vivianna, no te comportes como una loca".
Al mismo tiempo, Jessamyn se cruzó de brazos y dijo con tono burlón: "¡Eres tan estúpida! ¿De verdad creíste que le gustabas a Xenophilius? ¿No te has dado cuenta de la verdad? Fuiste tan solo un trampolín para que tu marido ocupara la presidencia de Lambert Enterprise. Sin embargo, él siempre me ha amado a mí".
"Mi hijo ya se divorció de ti, así que ya no eres bienvenida en mi casa. Vete de inmediato", gruñó Xymeria, con tono déspota.
"Vine a recoger mi pasaporte. Devuélvemelo", dijo Vivianna mirando a los ojos a la perversa mujer.
En ese momento, esta recordó que el documento estaba en la villa, así que resopló y dijo: "Espera, voy a buscarlo ahora. ¡Me urge que te vayas lo más lejos que puedas!".
Por supuesto que ella no le impediría irse al extranjero. Ahora, la familia Lambert ya no quería volver a ver a Vivianna y cuanto más lejos se fuera, mejor para todos.
Tan pronto como Xymeria se fue, Jessamyn entrecerró los ojos y se acercó a ella. "Xenophilius se casó contigo para conseguir las acciones de tu padre en Lambert Enterprise. Para ser honesta, no lo mereces en absoluto".
Vivianna miró a la mujer que solía ser su mejor amiga, pero solo vio hipocresía, repugnancia y odio en ella. Levantó la mano para abofetearla, pero Jessamyn reaccionó rápidamente y la detuvo. "No tienes derecho a golpearme, solo estoy reclamando mi felicidad y mi posición legítima. Estoy destinada a ser la señora Lambert".
"Entonces, ¿ustedes prepararon la trampa de anoche? ¿Todos estuvieron involucrados? ¿También Xenophilius estaba enterado?". Vivianna se echó a llorar, sintiendo que su corazón empezaba a sangrar.