Webfic
Open the Webfic App to read more wonderful content

Capítulo 7

—¡¿Quién fue?! Al escuchar la voz desesperada de Valeria, Sandra se sintió o nerviosa y, asustada, agarró su teléfono. Regresó con rapidez detrás de la sala privada y, mientras se sujetaba el pecho acelerado, tomó un largo rato para calmarse. Después de guardar la grabación, miró de reojo la hora y, tomando su bolso, se dispuso a irse. Justo cuando llegaba a la puerta del café, vio a Valeria bloqueándole el paso, acompañada de algunos amigos, con una mirada sombría y desalmada. —La persona que estuvo escuchando hace un momento fuiste tú, ¿no es así? Por un instante, la mente de Sandra quedó en blanco. Valeria la observaba, sonriendo de manera burlona mientras se acercaba desafiante. —Sandra, ¿en serio crees que porque escuchaste mi secreto puedes controlarme? Déjame decirte algo: aunque le cuentes todo esto a Ricardo, sin pruebas solo pensará que me estás calumniando. Entre él y yo, él me creerá sin duda alguna. Si no me crees, te lo voy a demostrar. Después de decir estas palabras, sacó su teléfono y llamó a Ricardo para pedirle que fuera a recogerla, él aceptó enseguida. Luego, Valeria le ordenó a sus amigos que llevaran a Sandra a la sala privada. Una vez que la puerta se cerró, las otras chicas la sujetaron por los hombros y, tirando de su cabello, la golpearon en repetidas ocasiones contra la pared mientras la insultaban sin cesar. Sandra intentaba escapar, pero no lograba liberarse. Sentía como si su cuero cabelludo fuera a desprenderse. Su cabeza retumbaba una y otra vez por los continuos golpes, su frente sangraba y la sangre caía, cubriendo su rostro. La visión de Sandra se oscurecía y sus gritos resonaban en ese pequeño espacio. No supo cuánto tiempo pasó, pero de repente sonó el teléfono una vez más y Valeria ordenó que detuvieran la golpiza. Ella levantó una taza de café y la derramó sobre Sandra, limpiando la sangre de su cuerpo. Valeria presionó el botón de respuesta, fingiendo una voz preocupada y entrecortada como si estuviera llorando. —Ricardo, encontré a Sandra en el café del tercer piso, me está impidiendo irme, ¡ven rápido a ayudarme...! Sandra, estaba tan adolorida que casi perdía el conocimiento, sintió un estremecimiento al escuchar esas palabras. Se levantó con gran esfuerzo, tratando de irse, pero Valeria la agarró con fuerza de la mano. En ese preciso momento, se escucharon algunos pasos en la puerta. Valeria dejó caer unas cuantas lágrimas y, levantando la mano, se dio una cachetada a sí misma. El sonido del golpe resonó en la habitación justo cuando Ricardo pateó la puerta. Al verlo, Valeria se lanzó a sus brazos, llorando con desconsuelo. —¡Ricardo, Sandra me dio una cachetada, mi cara me duele muchísimo! Al ver la marca en su cara, Ricardo sintió una gran pena y, enseguida su mirada hacia Sandra se transformó. —Sandra, te dije que Valeria es mi límite, ¿cómo te atreviste a agredirla? —No... no fue así... Sandra, pálida, trató de explicarse con dificultad, pero Ricardo la interrumpió, enojado. —¿Cómo te atreviste a abusar de ella mientras yo no estaba? ¡Ahora tendrás que enfrentarte a las consecuencias! Ricardo, con expresión sombría, llamó a los guardaespaldas y les ordenó que le dieran treinta cachetadas. Un par de hombres fuertes se acercaron con rapidez, la sujetaron y empezaron a golpearla sin piedad alguna. ¡La primera! ¡La segunda! ¡La tercera! Tras tres cachetadas consecutivas, media cara de Sandra se hinchó al instante. El dolor ardiente se extendió por su cara y soltó un gemido desgarrador mientras sentía cómo las estrellas aparecían ante sus ojos. Una cachetada tras otra, el borde de sus labios se rompió y la sangre comenzó a brotar. Ricardo la observaba de arriba a abajo mientras sufría y, tras decir unas últimas palabras, se alejó con Valeria. —Recuerda esta lección: mantente alejada de Valeria. Si vuelve a ocurrir algo por tu culpa, tú y toda la familia Pérez tendrán que pagar las consecuencias. Sandra se desplomó en el suelo, observando se alejaba con lentitud, mientras las lágrimas caían una tras otra por su cara.

© Webfic, All rights reserved

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.