Capítulo 69
—Si no hubiera venido, ¿cómo habría escuchado a mi prometido, con quien estoy a punto de casarme, pidiéndole consejos a su amigo sobre cómo castigarme?
Federico sabía que estaba metiendo la pata, pero su actitud empezaba a mutar.
Frente a los socios comerciales, sin importar cómo Josefina lo avergonzara, él siempre podía aguantarse.
Pero delante de sus amigos, no podía permitir que Josefina se le subiera por encima.
Federico bajó la voz, con una mirada cargada de impaciencia.
—No era eso lo que quería decir, todo esto es un malentendido. Cuando regresemos, te lo explicaré. Ahora te llevo a casa.
Josefina curvó los labios con una sonrisa.
—¿Entonces por qué estás tan nervioso? El señor Emilio todavía no nos ha contado sus excelentes métodos.
Emilio tragó saliva y sonrió con torpeza. —Josefina, solo estaba bromeando, me castigaré dándome unas cachetadas yo mismo.
Josefina agarró un vaso de la barra de servicio sin pensarlo dos veces y lo lanzó hacia Emilio.
Él no se lo esperaba. El vaso

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