Capítulo 36
Lucas le lanzó una mirada a Catalina, y en el fondo de sus ojos apareció un destello de desprecio.
Al verla montar hace un momento, realmente había creído que era toda una experta... pero resultó ser pura apariencia.
¿Atreverse a golpearlo? Haría que Catalina se arrodillara y le suplicara perdón. ¡Iba a hacer que se arrepintiera!
Con ese pensamiento, Lucas comenzó la segunda ronda de tiro ecuestre.
Esta vez, su desempeño fue incluso mejor que en la anterior: las tres flechas alcanzaron más de nueve puntos cada una.
—¡No lo puedo creer! ¿Lucas sí vino con todo hoy? ¡Qué buena puntería!
—¡Catalina va a salir perdiendo feo!
En ese momento, Luis, que estaba al lado de Alejandro, observó la situación y no pudo evitar murmurar en voz baja:
—Señor Alejandro... ¿no sería mejor parar esto aquí? Lucas es vengativo, mezquino, y si la señora Guzmán pierde de verdad, la cosa se va a poner fea...
Los ojos profundos de Alejandro se entrecerraron ligeramente. Su rostro, atractivo y sereno, permanecía

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