Capítulo 74

Alejandro observó el rostro de la mujer, cuyos rasgos dejaban entrever un atisbo de determinación, y de pronto preguntó: —Ya que lograste resolver esta crisis con éxito, ¿por qué sigues actuando de forma tan agresiva? Catalina sostuvo la mirada de Alejandro sin vacilar. —¿Crees que estoy atacando intencionalmente a la señorita Valentina? Los ojos de Alejandro se oscurecieron, y guardó silencio. Pero Catalina sabía que ese silencio era su forma de asentir. Esbozó una sonrisa leve, carente de calidez. —¿Acaso usted piensa que resolví esta crisis tan fácilmente porque domino el idioma de Sancordia... y que, por lo tanto, no era necesario tratar así a la señorita Valentina? La mirada de Alejandro se volvió aún más profunda. —¿Y no fue así? Catalina respondió con serenidad y voz pausada: —Puedo asegurarle que no hablo el idioma de Sancordia. —¿No lo hablas? —preguntó Alejandro, claramente incrédulo. —Así es. Catalina esbozó una sonrisa helada, desprovista de emoción. —Aunque no hablo el idi