Capítulo 34 Otra calumnia
Julián tomó el regalo y se dio la vuelta para entrar en la habitación.
Aquella casa era distinta a las demás, más amplia y lujosa.
Susana sabía que espiar no estaba bien, pero no pudo evitar la curiosidad: ¿hasta dónde habían llegado Nancy y Julián?
Se acercó a la ventana y, a través de una rendija, vio a Julián sentado en el sofá. Se quitó el saco y, con sus largos dedos, aflojó la corbata.
¡Esa corbata era la que ella le había regalado!
Tal como había imaginado, en Julián lucía elegante y distinguida.
Con un solo tirón, el hombre desabrochó un botón, dejando al descubierto su clavícula marcada. Con la mirada baja, revisaba el celular como si hablara por teléfono. El estuche del regalo seguía intacto sobre la mesa.
—Mañana ven a buscarlo. En la habitación hay una caja de regalo. Devuélvesela a Nancy. —La voz fría de Julián llegó con claridad a los oídos de Susana.
Ella dirigió una mirada al delicado estuche. Al parecer, lo de Nancy no era más que un amor unilateral.
Tras colgar, Juliá

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