Capítulo 51
Parecía que Cara estaba en trance; solo así se explicaba que no se opusiera a lo que parecía un secuestro.
Por más que intenté alcanzar a mi amiga, tropecé con mucha gente y cuando salí del lugar, ya era demasiado tarde.
Vi como metían a Cara a un Mercedes-Maybach blanco, que arrancó a toda velocidad antes de que pudiera ver el número de placa.
"M*erda", murmuré.
Tenía que rescatarla, así que busqué a tientas mi celular en mi bolsa.
Cara me llamó antes de que contactara a la policía.
"¡Cara! ¿Qué c*ingados está pasando? ¿Estás bien? ¿Dónde estás?", grité, apenas contesté.
"Estoy bien. Tú vete a casa. Te llamó mas tarde", dijo y colgó.
A pesar de lo corta de nuestra llamada, noté que mi amiga sonaba tranquila y no parecía que la estuvieran amenazando.
Incluso así, toda la situación era muy rara y yo seguía preocupada, así que decidí marcarle.
Su celular me mandó inmediatamente al buzón.
«Debe haber apagado su teléfono», pensé.
Yo estaba parada en la calle, en medio de la noche, con

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