Capítulo 64

Ese día, Nancy durmió de maravilla. Quizá porque todo estaba encarrilándose, quizá porque todo avanzaba en la dirección correcta, o quizá porque, al fin, había salido de aquel pozo sin fondo y logrado ver la luz del amanecer. Al día siguiente, vestida con una falda lápiz ejecutiva, Nancy acudió puntualmente al Grupo Nexaris. En la zona de los ascensores ya había alguien esperándola. —Señorita Nancy, soy Alejandro, asistente del señor Santiago. El jefe la espera en su oficina; por aquí, por favor. Durante todo el trayecto hasta la oficina de Santiago, Alejandro se mostró sumamente cortés, como temeroso de que cualquier descuido pudiera interpretarse como una falta de respeto hacia Nancy. Los empleados que presenciaron la escena comenzaron a murmurar entre sí. —¿Desde cuándo el asistente Alejandro trata así a alguien? ¿Quién es esa mujer? Es guapísima, parece una modelo. Si ya resultaba sorprendente que Alejandro bajara personalmente a recibirla, que Santiago la esperara en la puerta dej