Capítulo 21

Cuando Adrián volvió a casa. Toda la casa estaba en silencio, no había ni una sola persona. Un frío penetrante llenaba las habitaciones, mezclado con el tenue aroma del perfume de Sofía. Adrián descubrió que, sin Sofía, aquel hogar no era más que un espacio vacío y desolado. Desde el dormitorio hasta el estudio y luego el baño. Todo estaba dispuesto por las manos de ella. En aquel entonces, ella le pidió que la acompañara a elegir los muebles, pero él se excusó diciendo que no tenía tiempo. Cuando volvió a casa, la habitación ya estaba completamente decorada. Sofía conocía de memoria lo que había colocado en cada rincón. Pero ahora, a la vista, todo seguía ahí, excepto la persona que lo había organizado todo. Aunque ya había revisado la casa entera, Adrián seguía sintiendo que quizá ella había dejado algo atrás. No pudo contener el temblor que lo recorría y empezó a buscar desesperadamente por todas partes. En el armario, detrás de la mesa, incluso en las rendijas de la puerta; buscó e