Capítulo 24

En cuanto subió al avión, Adrián sintió una oleada de sueño. Pero dormía con extrema inquietud, como si incluso hablara en sueños. —Ya sé que estuve mal, ¿puedes volver? Casémonos. —Sofía, ¿dónde estás? Su voz era tan baja que resultaba imposible distinguir si era un murmullo o algo más. A su lado, Martín temía provocarlo, así que solo escuchaba en silencio, esforzándose por reducir su presencia al mínimo. Pasados unos treinta minutos, Adrián despertó de golpe. Le dolía levemente la cabeza, como si hubiera tenido un sueño larguísimo. Pero no lograba distinguir con claridad si aquello había sido un sueño o la realidad. En el sueño, seguía en una reunión cuando Sofía lo llamaba para preguntarle a qué hora volvería, diciéndole que le había preparado ternera, su plato favorito. Miraba el teléfono y confirmaba que, en efecto, era Sofía quien llamaba. Entonces se apresuraba a regresar a casa. Cuando llegaba, ya eran las doce del mediodía y Sofía estaba ocupada en la cocina. Adrián extendía l