Capítulo 25
El auto deportivo se detuvo frente al restaurante chino. Bruno se quitó el cinturón de seguridad y volvió la cabeza hacia Sofía, que estaba en el asiento del copiloto.
—Sofía, hoy me porté tan bien... ¿No debería haber alguna recompensa?
Sofía cerró los documentos que tenía en la mano y alzó una ceja. —¿Y por qué tendría que darte una recompensa?
—Representé a la perfección a tu prometido y hasta logré espantar a tu exmarido.
—¿De verdad me investigaste?
Sofía fingió enfado. Desde que había trabajado con Bruno varias veces, la relación entre ambos se había vuelto más relajada.
Pero al verlo identificar tan rápido la identidad de Adrián, no pudo evitar preguntar.
—Todo lo tuyo aparece en cuanto uno investiga un poco, no es culpa mía.
Bruno lo dijo con un aire de injusticia. —Pero hoy, aunque no tenga méritos, al menos me esforcé, ¿no?
Sofía ya estaba acostumbrada a sus ocurrencias y sonrió con resignación. —Está bien, ¿qué quieres?
—¡Invítame a comer! En este restaurante chino nuevo.
Mi

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