Capítulo 21
Todo lo que tenía frente a ella parecía haber dado un giro.
Ana sintió una punzada de venganza en su interior. Miró fijamente a José.
—Cuando ocurrió la explosión, tú elegiste a Rosa, y hoy yo elijo proteger a Mario.
Esas pocas palabras fueron como mil cuchillos atravesando su corazón. José no pudo mantener la compostura, y las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas sin que pudiera evitarlo.
Inconscientemente, se tocó el corazón, que le dolía con fuerza.
Entonces entendió que, cuando eligió a Rosa sin pensarlo, Ana había sentido algo similar.
Era realmente doloroso.
José quería llorar, sentía que su corazón había sido atravesado por completo.
Frente a los dos, no podía decir una palabra.
Ana, sin dudarlo más, tomó de la mano a Mario y se dirigió hacia el auto.
Puso el pie en el acelerador y, en solo unos minutos, el auto desapareció de su vista.
José no pudo soportarlo más, y un chorro de sangre brotó de su boca.
Su cuerpo tambaleó, cayendo pesadamente al suelo.
Se arrepinti

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