Capítulo 143
Resultaba que no quería que yo fortaleciera mis alas.
Eso me pareció absurdo. —¿Qué tiene que ver contigo que me crezcan alas o que se endurezcan?
—¿Tú qué crees?
—Nada que ver. —Respondí con frialdad—. De todas formas, tarde o temprano voy a divorciarme de ti.
Salvatore me sujetó de pronto la barbilla, sus ojos oscuros recorrieron mi rostro con severidad.
Pasó un largo rato antes de que murmurara en voz baja: —¿Lo de hace un momento no fue suficiente para ti?
—¿Suficiente en qué sentido?
—Sé que siempre te ha molestado mi relación con Valeria. Les dejé claro a todos que entre ella y yo solo puede haber una relación de hermanos y, nada más ¿ni de esa manera quedaste satisfecha?
Sonreí con ironía. —De verdad me tratas como si fueras un benefactor y yo una desdichada. ¿Acaso soy una mendiga en el amor, que necesita de tu caridad y de tu lástima humillante?
Salvatore guardó un prolongado silencio, y su mirada se ensombreció.
Pero yo lo sabía: aunque lo negara con palabras, la verdad era e

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