Capítulo 199
La enfermera, al ver que se conocían, se sentó tranquila de nuevo.
El médico se volteó hacia Tomás: —Señor Tomás, la señorita Rocío se está recuperando bien, ya no tuvo fiebre esta noche. Con un par de días más de observación, podrá ser dada de alta. Pero veo que usted luce bastante pálido, le recomendaría descansar más o quizás aplicarte otra inyección para la fiebre.
—No es necesario. —Respondió Tomás con un tono sereno: —Estoy bien, gracias.
El médico, viendo su determinación, suspiró y no insistió más. Se despidió y se alejó.
Tomás tampoco se demoró y caminó hacia el área de hospitalización.
A esa hora, los pacientes ya estaban descansando y el edificio estaba tranquilo y en silencio.
Tomás subió familiarizado las escaleras, abrió la puerta de la habitación con movimientos suaves y entró cuidadoso.
Cerró la puerta y caminó de puntillas hasta el borde de la cama, donde se sentó en una silla.
La chica en la cama dormía tranquilamente, respirando con suavidad.
La mirada de Tomás, casi

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