Capítulo 120
David, a través de la ventana del coche, vio el auto deportivo negro que iba delante.
Estaba a solo quizás unos cinco o seis metros de distancia.
Era esa matrícula.
—No te pongas nervioso, sigue detrás. —Dijo con voz grave y serena, con una firmeza que transmitía seguridad.
—Sí, señor de acuerdo.
Enrique se calmó, y el coche aceleró suavemente, manteniéndose siempre detrás del vehículo.
David compartió enseguida con Rosa la noticia de que habían localizado el auto sospechoso. Ella se encargaría de avisar a la policía, mientras él instruía a Teodoro para que acudiera a apoyarlo.
Después de seguirlo durante unos quince minutos, el auto entró en un conjunto residencial de casas.
Ellos no pudieron entrar.
—¡Esa es la casa donde vivía la señorita Viviana!
Enrique exclamó sorprendido.
David observaba atento con la mirada sombría el auto deportivo negro que había ingresado al conjunto. En su expresión sombría y contenida se mezclaban otros matices más profundos.
Tomó su celular y marcó el núm

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