Capítulo 243
—¡Quita sus manos!
La voz enojada de Cipriano resonó desde un lado.
Mientras observaba de cerca cómo David rodeaba con su brazo el hombro de Viviana, su cercanía natural irritó demasiado a Cipriano, quien intentó golpear esa mano molesta.
En el instante en que sus dedos rozaron el dorso de la mano de David, este los apartó con desagrado: —Jefe Cipriano, no toque mi mano sin permiso, por favor compórtese.
Cipriano: —...
¡Nunca quise tocar su mano!
Viviana lanzó una mirada despectiva a Cipriano, con un aire de vergüenza en sus ojos.
Ella salió a toda prisa
Afuera.
Samuel esperaba junto a una furgoneta blanca.
Hoy ya habían cambiado de vehículo tres veces: una para ir al campo y otra para recoger a alguien.
Viviana entró con rapidez en el vehículo.
Cipriano, sin ninguna vergüenza, intentó subirse también.
Como si él no fuera quien la había amenazado antes, exigiéndole que escribiera una carta de disculpa.
¡Sí, este tipo había perdido la cabeza otra vez!
David de forma abrupta lo detuvo: —

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