Capítulo 249
Viviana estaba allí, mirando fijamente la bolsa abierta, y de repente aspiró profundo.
Sus pupilas temblaron.
¿Qué de ultrafino, de texturizado, de sabor a fresa... qué?! ¿Qué es todo esto?!
El tiempo retrocedió, y apareció ante sus ojos esa mujer loca con un celular en la mano, agarrando de repente cosas al azar delante del estante.
Tomando de los estantes al cesto, llevándolo a la caja, y luego llevando la bolsa de regreso al lago... un camino tan largo como este... si, solo hubiera mirado, aunque fuera una vez... uuuuuuuu...
—Esto, esto, esto, eso, yo, yo, esto... me he equivocado.
Su voz era débil, se agachó temblorosa para enterrar esas cajas en el fondo y a toda prisa ató la bolsa.
—¿Te equivocaste?
David mostró una expresión sospechosa, —¿te has equivocado varias veces seguidas?
Viviana, incómoda, pensó en lanzarse al lago, —En ese instante... la situación era algo complicada.
David: —¿Qué tipo de complicación? ¿La tienda acaso exige que los clientes tomen los productos con los

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