Capítulo 44 Le arrojé vino en la cara
Cuando ya no puedes aguantar más, ¡no hay necesidad de seguir aguantando!
No pude seguir escuchando todas sus tonterías, tomé la copa de vino y se la lancé directamente en la cara.
Evaristo quedó paralizado, el líquido rojo goteaba por sus facciones, arruinando por completo su traje caro.
Me levanté, furiosa, y grité: —¡Estás loco, cuántas veces te he dicho que quiero divorciarme, ya no te soporto en lo absoluto!
—Evaristo, ¿de dónde sacaste esa confianza para pensar que tenía que pasar mi vida contigo? ¡Eres el peor hombre que he conocido!
—¡Date prisa y divórciate de mí, lo más pronto posible no me hagas perder más tiempo!
Finalmente, Evaristo reaccionó, se limpió la cara manchada de vino, con una expresión sombría: —Te lo repito una vez más, ¡no me voy a divorciar de ti!
—Bien, de todos modos tengo maneras de divorciarme de ti.
Dejé caer la copa y me marché.
Al volver a casa, aún estaba de mal humor, bajé del coche con el rostro sombrío, justo cuando vi a Fabián en el jardín, regand

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