Capítulo 45 No quiero ser un desperdicio

Después de que Fabián se fue, le envié un mensaje a Renato: [¿Cuándo volverás al país?] Renato tardó hasta altas horas de la noche en responderme: [Aún no estoy seguro de hacerlo, he estado muy ocupado, en cuanto tenga una fecha acordada te lo diré primero.] Le envié un emoji y luego apagué el celular y me quedé dormida. No esperaba el regreso de Renato, pero sí una llamada de mi buena amiga Eulalia. —Te vas a divorciar y no me lo dices aún como eres de mala, esta noche vamos al Bar Cielo Nocturno, yo invito, para celebrar que te liberaste de ese amor irracional y finalmente dejaste a ese idiota de Evaristo. Eulalia Gutiérrez ha sido mi amiga desde la infancia, una mujer de negocios fuerte e independiente. La familia Gutiérrez valoraba más a los hijos que a las hijas, y la mayor parte de la herencia fue para su hermano, pero ella comenzó su propia empresa con un poco de dinero de la familia y la había manejado muy bien. Ella estaba ocupada viajando por trabajo todo el tiempo, y a Evari