Capítulo 48
Al fin y al cabo, ¿cómo podían compararse unos cuantos días con más de diez años?
Laura había dicho que ella era medio dueña de Residencial La Colina.
Aquel David y sus amigos también comentaron que Javier y Laura eran pareja.
Mientras tanto, ella no era más que una mujer corriente, llegada del campo, ignorante y vulgar.
Si a Javier le gustaba Laura, Ana podía hablar con el abuelo Pablo y pedir el divorcio para dejarlos juntos.
Pero, justo el día anterior, Javier había dicho que quería intentar ser su esposo de verdad.
Entonces, ¿por qué mantenía una relación especial con Laura y, al mismo tiempo, la trataba tan bien a ella, Ana?
En ese instante, Ana sintió el corazón oprimido.
Recogió la mesa y, sin llegar siquiera a lavar los platos en la cocina, caminó distraída hacia la habitación.
José no pudo evitar detenerla. —Ana, ¿qué vas a hacer?
Ella reaccionó; se dio cuenta de que José seguía allí, y marcharse dejando al invitado solo sería de muy mala educación.
Con una expresión de discul

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