Capítulo 22
La mente de Luisa se quedó completamente en blanco y, cuando reaccionó, retrocedió varios pasos de inmediato.
—¡¿Cómo es que eres tú?!
¿No estaba Federico en Valdemora?
¿Cómo podía aparecer allí, en Argélica?
No, eso debía ser falso.
¡Tenía que escapar!
A diferencia del miedo de Luisa.
Federico estaba extremadamente emocionado en ese momento.
Llevaba casi medio mes en Argélica; como le habían diagnosticado hepatitis aguda, mientras buscaba a Luisa, también estaba recibiendo tratamiento.
Pero, durante esos quince días, no había ni rastro de ella.
Ni siquiera el director quiso decirle adónde había ido.
Federico solo pudo confiar en sí mismo y buscar meticulosamente en cada rincón.
Hoy, al enterarse de que muchos médicos de gran prestigio irían al hospital central.
Él entonces pensó en curarse lo antes posible para poder ir a buscar a Luisa con tranquilidad.
Jamás imaginó que la encontraría de esta manera.
Dios sabía cuánto se alegraba.
Durante los seis meses que Luisa había estado lejos,

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