Capítulo 80

Al día siguiente, Clara empacó dos maletas repletas y, junto con su perro, se mudó a la villa de Javier para comenzar su prueba de un mes. Por la mañana, condujo hasta la casa y descubrió que no había ni rastro de las criadas ni del mayordomo; no se veía a una sola persona. Probablemente Javier ya les había dado vacaciones. Recorrió todo el enorme salón y luego dio una vuelta por los alrededores de la villa. Pronto se dio cuenta de que aquella mansión requería, al menos, cinco personas dedicadas exclusivamente a la limpieza para mantenerla impecable cada día. Y no solo eso, las flores, las plantas, el campo de golf y la piscina, mantener todo aquello sería agotador para una sola persona. Por suerte, antes de marcharse, las criadas habían dejado la casa reluciente, tanto por dentro como por fuera. Como no había nadie viviendo allí, tampoco se ensuciaría tan rápido, así que durante un tiempo Clara no tendría que preocuparse por limpiar. Arrastró sus dos grandes maletas hasta el segundo p