Capítulo 14
María temblaba de ira y no pudo evitar levantar la pierna y pisar con fuerza el empeine de Alejandro.
Él la soltó a causa del dolor y su expresión se ensombreció. —María, ya basta.
—Sé que buscaste a Francisco a propósito para molestarme. Como yo también te malinterpreté, te perdono este berrinche. Pero mi paciencia es limitada; si sigues así...
¡Paf!
María lo interrumpió con otra cachetada. —Alejandro, te lo repito: entre nosotros ya no existe ninguna relación. Además, mi matrimonio con Francisco es real y válido, ya está registrado. De ahora en adelante, por favor deja de molestarme.
A un lado, Francisco volvió la cabeza y le lanzó una mirada a Manuel; este lo entendió enseguida y sacó los documentos matrimoniales. —Este es el certificado de matrimonio del señor Francisco y la señora María, auténtico.
Alejandro ni siquiera lo miró y respondió con tono burlón: —¿Crees que un certificado falso va a engañarme? María, tus trucos son demasiado infantiles...
María no quiso perder más tiemp

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