Capítulo 10
Al otro lado, Román también buscaba las huellas de Elena por los lugares donde podría haber sido arrastrada.
Como los hombres de Orlando no lograban encontrar el cuerpo de Elena en el mar, él se atrevió a sospechar que tal vez no había muerto.
Por eso decidió separarse de Orlando y llevar a sus propios hombres a buscar por la costa y las islas donde las olas podían haber arrastrado a Elena.
Sin embargo, después de varios días, seguía sin obtener resultados.
Su ánimo se enfriaba.
Justo en ese momento, su teléfono sonó con urgencia.
—Señor Román, venga rápido a la casa de los Vargas, ¡la señorita Lucía ha tenido un problema!
En el quinto día desde que los internautas revelaron la verdadera identidad de Lucía, Román y Orlando finalmente regresaron a la casa de los Vargas.
Al ver a Lucía en el sofá, llorando con los ojos hinchados y enrojecidos, ambos sintieron una profunda lástima por ella.
—Perdón, Lucía, todo es culpa mía. Estos días te he descuidado. Pero no te preocupes, ya hice que c

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