Capítulo 10

Al escuchar aquello, la expresión de Liliana se transformó por completo. ¿Qué era exactamente lo que acababa de oír? ¡Su hijo en realidad podría haber tenido a su propio hijo biológico! Esa Berta, que siempre había parecido tan dócil y obediente, ¡llevaba planeando todo desde hacía seis años! Y ahora, con tal de aferrarse a Jacinto, ¡se había atrevido incluso a jugar con la vida de Clau! La ira brotó desde lo más profundo de su pecho. Era como una inundación contenida durante siglos que, al romper el dique, arrasaba con su cordura y serenidad. La familia Medina llevaba ya mucho tiempo en decadencia, especialmente después de la muerte inesperada de Emiliano. Liliana había decidido ayudar a Berta, incluso sacrificando a Catalina, solo para que Claudio pudiera conservar el apellido de la familia y, al crecer, restaurar su antiguo poder. Pero ahora, todos los esfuerzos de Liliana no eran más que una cruel burla. Ella no pudo contenerse más; de una patada abrió la puerta de la habitación y