Capítulo 10

La extraña reacción de Jorge no llamó la atención de los presentes; todos pensaron simplemente que estaba demasiado emocionado. Al final, alguien tomó la grabadora que estaba en el fondo de la caja y presionó el botón de reproducción. Ese simple acto fue como abrir la caja de Pandora: todo se salió de control... En realidad, aquella grabadora funcionaba más bien como un proyector. La persona que la sostenía apuntó el lente hacia la pantalla gigante. Después de un breve parpadeo de estática, una imagen empezó a proyectarse lentamente ante todos. Quizás por tratarse de una grabación oculta, el video se veía algo tembloroso. Pronto, la cámara se acercó al interior de una habitación. A medida que el enfoque avanzaba, dos figuras entrelazadas aparecieron a la vista de todos. Finalmente, un rostro conocido apareció en pantalla: ¡era la anfitriona de la fiesta, Camila! Y el hombre que la abrazaba y besaba tenía una cara desconocida y vulgar. Como un rayo en cielo despejado, la sorpresa sacudi