Capítulo 47
Los pequeños directores a los que ella "despidió" no eran más que aquellos que Silvia había descubierto involucrados en malversación de fondos y recepción de sobornos.
Los usó como ejemplo para dar un escarmiento a Alonso y, tal como esperaba, este ni siquiera se atrevió a abrir la carpeta.
—Jefe Silvia, los jefes Ernesto y los demás ya han entregado sus cartas de renuncia y la están esperando en la sala de reuniones del departamento de Recursos Humanos anunció.
Dijo Baltasar al llamar a la puerta y entrar, cargando varias carpetas.
—Los contratos de transferencia de acciones ya están listos.
Silvia se levantó.
Media hora después salió de la sala de reuniones; las caras de Ernesto y los otros, que antes reflejaban resentimiento e indignación, lucían mucho más relajados, incluso con cierta alegría.
Creían que Silvia los enviaría a la cárcel, pero no solo no los persiguió legalmente, sino que además les compró las acciones que tenían en mano a un precio superior al del mercado.
Cuando la

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