Capítulo 18

Sergio sostenía la carta en las manos, con la mirada algo perdida. Se quedó un buen rato contemplando la letra de Marta, completamente ausente. ¿De verdad quería a Lucía? Habían pasado tres años desde que empezó a vivir con ella. Dos de ellos como esposos. Nunca pelearon, ni una sola vez. No se olvidaron de los aniversarios, ni de los regalos. En la cama y en la vida diaria, eran plenamente compatibles. Como cualquier pareja que se conoce bien, sabían los gestos pequeños, los gustos, los hábitos del otro. Él sabía que Lucía tenía la boca dura pero el corazón blando. Sabía que necesitaba dormir con la luz encendida para sentirse segura. Sabía que adoraba los mariscos, pero no podía ni ver los camarones. Conocía hasta el significado oculto de sus movimientos más inconscientes… aunque a veces, simplemente decidía no prestarle atención por pura pereza. Y aun así, Lucía nunca le reprochó nada. Al contrario, le masajeaba los hombros cuando llegaba cansado, le dejaba lista el agua del baño… E