Capítulo 112
Elena notó la vacilación de Ximena; su expresión cambió y, sin poder evitarlo, se mostró algo molesta: —Antes solo íbamos al cementerio a rendir homenaje, y si Diego no venía, pues no pasaba nada. Pero ahora es un día importante, ¿cómo es posible que él no venga?
—Xime, dime la verdad, ¿entre tú y él no ha pasado nada, verdad? —Elena miró a Ximena con ojos perspicaces, en los que se notaba la preocupación.
Ximena apretó los labios, sin atreverse a hablar sobre Diego y Carmen.
Carmen era la hija de Sara; si Elena se enteraba, no lo soportaría.
—Él... vendrá —Ximena solo pudo responder de forma evasiva.
Elena la observó durante un instante y finalmente suspiró: —Si no fuera porque don Rubén y tu abuelo fueron compañeros de armas durante años y su relación era cercana, ya habría ido a pedirles explicaciones.
En su día, fue doña Lorena quien aceptó el matrimonio sin dudar, asegurando que jamás defraudarían a Ximena; por eso Elena confió en ellos.
Y ahora...
¿Por qué esa actitud tan fría?
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