Capítulo 168

No esperaba que, aunque doña Lorena ya fuera mayor, estuviera tan al tanto de las novedades. Una cena a la luz de las velas ya era suficiente. Pero incluso sabía de esas suites temáticas para el día de San Valentín. Ximena aún no había pensado cómo rechazar la propuesta. Cuando Diego, a su lado, intervino con indiferencia: —Eso es cosa de parejas jóvenes, yo tengo mucho trabajo, no hace falta que se moleste, abuela. Él fue quien se adelantó a Ximena para rechazar la sugerencia. Ximena no se sorprendió; bajó la mirada y siguió bebiendo la sopa en silencio. Que Diego se encargara él mismo de este tipo de molestias también le ahorraba a ella un dolor de cabeza. Doña Lorena se quedó perpleja por un instante: —¡Las citas también pueden ser después del trabajo! ¡Nadie ha dicho que tengas que sacar tiempo durante todo el día! ¿Qué excusa me estás poniendo ahora? Diego arqueó una ceja: —No es una excusa, de verdad tengo trabajo. Ximena entonces alzó la vista para mirarlo una vez. Justo en ese