Capítulo 170

Ella es alérgica a la cebolleta, así que siempre tiene que recordárselo al restaurante cuando sale a comer, y rara vez hay ocasiones en las que no deba estar pendiente de eso. Ximena sentía cierta sospecha al respecto. Aunque, pensándolo bien. Seguramente fue porque doña Lorena lo indicó de antemano. Ximena comió unos bocados y luego dejó los cubiertos; Diego, evidentemente, tampoco tenía mucho apetito. También alzó la mirada y dijo: —La abuela ha reservado una suite en el piso de abajo. Hizo una breve pausa y añadió: —La vista nocturna aquí es realmente hermosa. Ximena sabía que doña Lorena quería que tuvieran una velada agradable. Instintivamente, miró a su alrededor. Solo estaba el violinista al fondo, tocando para crear ambiente, y algunos camareros que se veían de vez en cuando en el interior. Pensándolo bien, era un entorno con bastante gente y miradas indiscretas. —Ya estoy llena, iré primero —dijo Ximena, levantándose; ese lugar no era adecuado para hablar del asunto del anillo