Capítulo 34
El estado de Ximena no era muy bueno.
Su condición ya era inestable, y aunque se había esforzado por prepararse para esta cena, Diego llegó con Carmen y alteró todo su ritmo.
Su cuerpo empezó a arder, y sacó las pastillas de su bolso, tragando dos de ellas mecánicamente.
Intentaba suprimir el dolor en su abdomen.
No sabía cuánto tiempo había pasado hasta que escuchó la segunda llamada de Valentín.
—¿Valentín?
—¿Dónde estás?
Ximena miró en el espejo su reflejo algo enfermizo. —Estoy afuera, vuelvo enseguida.
—Ven a la puerta, habrá una cena, pero... Diego y Carmen también estarán, si no vienes, no pasa nada.
Ximena pensó un momento, ya que había regresado a este sector, tarde o temprano se encontraría con Carmen. Lo único que podía hacer era centrarse en lo que quería hacer.
—No te preocupes, ya voy para allá.
Ximena retocó su maquillaje, y cuando estuvo segura de que todo estaba en orden, salió.
En esta cena también estaba el señor Zacarías, por lo que se eligió un restaurante discreto

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