Webfic
Abra la aplicación Webfix para leer más contenido increíbles

Capítulo 14

—Bueno, señor Blake, ¿en qué puedo ayudarlo? —pregunté. Seguía sonriendo mientras recordaba la mirada irritada del rector. —Te diviertes demasiado en esta universidad para humanos, ¿verdad? —preguntó con los ojos llenos de diversión, lo que me llevó a inclinar la cabeza y mirarlo. ¿Era un cumplido o un comentario sarcástico? —Bueno, me tratan mejor que como lo hacía mi especie, y no veo por qué no debería disfrutar de la cortesía y el amor que recibo aquí. Debo aclarar, el mismo amor que mi especie debería haberme dado; así que, sí, me estoy divirtiendo en esta universidad con humanos y creo que debo estar agradecida con tu Alfa por patrocinar una universidad para todos ellos o no me habría tropezado con ella cuando estaba desamparada y sin esperanza —respondí, sin saber de dónde venía esa confianza. Y… no sé si estaba alucinando de nuevo, pero creo que vi una mezcla de emociones en sus ojos. —Bueno, nos alegramos de poder estar a tu servicio, señorita Alexis —dijo él y puso los ojos en blanco antes de continuar—. Te llamé para decirte que no puedes salir de este lugar hasta que te lo permita nuestro Alfa. No tenemos clara tu situación actual, por lo que no vamos a decidir nada por el momento. Nos gustaría estudiar tu caso antes de decidir si debes ser castigada con severidad o te dejamos ir después de un pequeño castigo —comentó él e hizo una pausa intermedia antes de inclinarse un poco más hacia mí. Esto hizo que mi respiración se entrecortara; no porque le tenía miedo, sino porque su colonia y su aroma me resultaban demasiado seductores. Sin olvidar su rostro atractivo y esculpido, que estaba demasiado cerca del mío para mi gusto. —Si no obedeces, me aseguraré de cazar tu pequeño trasero, y no te gustará saber el final —aseguró y, esta vez, ante su advertencia, sentí un escalofrió que recorría mi espalda. Lo miré y tragué en seco por los nervios antes de asentir con la cabeza. Esperaba que comprendiera, porque mi estúpido cerebro estaba demasiado conmocionado como para hacerle una señal a mi boca para que pronunciara una palabra. «Cerebro tonto, no te desvíes y céntrate en la advertencia que lanzó hacia nosotros», me reprendí a mí misma antes de fruncir el ceño con fuerza. Mis ojos volvieron a encontrarse con los suyos en una mirada desafiante. ¿Qué le pasaba a este hombre? Podía haberse limitado a decir que no tenía permitido ir a ningún sitio hasta que la investigación terminara. No había necesidad de ser tan grosero al respecto. ¿Qué era eso de cazarme? ¿Y utilizó la expresión «pequeño trasero»? ¿Cómo se atrevía a decirme algo así cuando acabamos de conocernos? ¡Qué atrevimiento el suyo! —Bueno, me pregunto si no habrías actuado igual si estuvieras tratando con una linterna que rompe las reglas al vivir con los humanos sin que uno de ellos sea su pareja; o sea, que hace algo que no está para nada permitido en nuestro mundo —dijo Ariana y abrí de par en par los ojos. Probablemente era la primera vez que ella estaba de acuerdo con el hecho de que yo fuera una linterna; como si se diera cuenta de su error, ella comenzó a corregirse, pero Blake interrumpió sus palabras: —Además, al ser tu profesor a partir de ahora, no creo que te divertirás tanto como lo estás haciendo; porque, señorita Alexis, estarás bajo mi constante vigilancia —dijo él al sonreír después de mirarme fijo por Dios sabe cuánto tiempo. Se inclinó más cerca de mí, si es que eso era posible e hizo que lo mirara de manera involuntaria. ¿De verdad creía que podía impedirme vivir mi vida? ¿No sabía quién yo era?; Alexis Clark, la dueña de su propia vida y la linterna deshonesta que todo el mundo había buscado durante tanto tiempo, por no hablar de una canalla que estaba respaldada por el propio consejo. —Mi vida ya se fastidió en el momento en que te conocí. Ahora, tendré que esperar y ver cuánto más puede llegar a perjudicarse —comenté y le sonreí antes de darme la vuelta y marcharme. Sabía que replicarle a alguien que probablemente decidiría si viviría o no era una mala decisión, pero ya me habían pasado demasiado por encima cuando era miembro de esa manada asquerosa. En ese momento, era un alma libre, que había desarrollado ese mal hábito de no aceptar porquerías de nadie desde que dejé mi anterior manada. De hecho, me sentí un poco intimidada antes, pero interioricé que estos podrían ser los últimos momentos que tenía para vivir, ya que mi vida y mi futuro siempre habían sido impredecibles; por tanto, no quería vivir como una cobarde y seguir las órdenes inútiles de un hombre. Al entrar en el salón, mis ojos hicieron contacto con los del rector, que salía al mismo tiempo. Les sonreí a todos y estos rieron a carcajadas. Mi actitud era lo que ellos amaban y envidiaban, pero no iba a cambiarla aunque eso desembocara en problemas. Me costó cuatro malditos años desarrollarla, así que no dejaría que un beta cualquiera me pasara por encima y me dijera que no podía vivir y disfrutar de mi vida entre los humanos, mucho menos al ser la única especie que me había aceptado tal y como era.

© Webfic, todos los derechos reservados

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.