Capítulo 15
—Oye, ¿qué quería hablar ese hombre contigo? —preguntó Matt en cuanto ocupé mi asiento, mientras el resto esperaba por mi respuesta.
—Quería que solicitara el puesto para ser su ayudante. Como soy tan íntegra y una estudiante que tiene menos puntos, quería darme otra oportunidad para mejorar mis notas. —Inventé aquella razón, pues sabía muy bien que todos lo creerían con facilidad, dado que tenía pocos puntos de crédito.
—¿Y? ¿Estuviste de acuerdo? —preguntó Matt entrecerrando los ojos.
—¿Qué? ¿Crees que estaría de acuerdo con eso? ¿No me conocen lo suficiente? Conseguí esos puntos de demérito porque estaba ocupada divirtiéndome como nunca. Estoy segura de que tratará de convertir mi vida en un infierno si acepto ser su ayudante, y ni siquiera me permitirá tomar las vacaciones cuando desee —respondí e hice una pausa antes de mirar a Matt y a los demás—. Es más, tengo miedo de que haya quedado prendado con mis encantos; ¿y si resulta ser un cretino? Quiero decir, piénsenlo. No soy la única persona que tiene tan pocos puntos de crédito; por ejemplo, está Ash. Sin embargo, en lugar de hacer una votación o preguntar en la clase, me sacó a mí. ¿No les parece un poco sospechoso? —sugerí para tratar de convencerlos con una verdad que ni siquiera existía.
Quería ser profesor en esta universidad solo para hacerme la vida imposible, ¿no? Pues, a cambio, yo tenía que asegurarme de que los estudiantes no lo respetaran y llenaran su vida de problemas.
—¡Alexis!, sal del salón en este instante. —Escuché la voz enfadada del rector, lo que me hizo mirarlo con cansancio.
—Ven, incluso hizo que el rector me hable de lo mismo o podría haberme regañado delante de todos como siempre hace, ¿no? —les pregunté antes de salir, satisfecha de haber conseguido la reacción que quería.
—Ya puede decirme para qué me pidió salir. Quiere regañarme por lo que hice antes, ¿verdad? —le pregunté al rector, que me miró por un momento antes de suspirar con fuerza.
—¿Por qué siempre me pones en una situación tan difícil, Alexis? —preguntó dándome una palmadita en la cabeza, por lo que puse los ojos en blanco.
—¿Cuántas veces tengo que decirle que no me acaricie la cabeza? No soy un gato ni su perro. Y sí, lo hice a propósito. ¿Quién le pidió que dijera que era la estudiante más íntegra y que me expusiera así? —pregunté mirándolo de arriba abajo.
—Lo hice porque podría ayudarte a recuperar tus puntos. Quería ayudar... —comenzó a decir antes de que decidiera interrumpirlo.
—Ya he mencionado que no estoy aquí para graduarme con éxito ni convertirme en la primera de la clase. Solo quiero una razón para quedarme en esta universidad porque creo que es divertida. Además, tengo suficientes puntos para mantenerme este año sin suspender el semestre —dije con la esperanza de haberle dejado claro esta vez mi punto de vista.
—¿Por qué echas a perder tu vida, querida? Tienes un cociente intelectual tan brillante. Con tus buenas calificaciones y la cantidad de olimpiadas que has superado solo por diversión, podrías hacer tu maestría en una universidad muy prestigiosa; por no hablar del trabajo bien remunerado que conseguirías. Es el sueño de muchísimos estudiantes y, cuando te ofrecen esta oportunidad, la desperdicias así, solo por un poco de diversión —dijo el rector, lo que provocó que lo mirara con el ceño fruncido.
Si solo hubiese sabido la verdad sobre mi existencia, entonces no habría dicho algo así. Si la realidad de mi vida hubiese sido tan fácil como él mencionó. A veces, pienso en lo bueno que habría sido nacer siendo un humano. Entonces, esto de esconderme de todo el mundo y este fastidio no existiría. «Además, no soy menos que un humano con poderes curativos, ¿verdad?», pensé sonriendo ante mi propia vida.
—Entiendo lo que quiere decir. Intentaré concentrarme en divertirme menos a partir de ahora —le dije y, a cambio, se limitó a asentir con la cabeza antes de marcharse hacia su oficina.
Llamé a Mark y esperé a que respondiera.
—¿Hola?
—Me descubrieron. Saben que soy una linterna. No conté nada más, pero me advirtieron que no saliera del territorio hasta que investiguen mi caso —le conté todo en un solo suspiro.
—No pasa nada, vives allí de momento. Además, no pensabas ir a ninguna parte. Intentaré encontrar al traidor en el consejo. Quiero saber quién es tan osado como para filtrar esa información —dijo Mark antes de terminar la llamada.
Miré mi celular e hice una lista rápida de tareas. Comencé a refunfuñar cuando las cosas se acumularon.
—Tengo que volver a mi casa del bosque que está a una hora de aquí. Luego está esa fiesta alrededor de la fogata, para la que tengo que volver a la ciudad. ¿Dos horas perdidas solo en el viaje? ¿Y cómo olvidar que mi refrigerador debe estar vacío? Entonces, ¿tengo que ir de compras también? Sin mencionar que también tengo que limpiar esa casa porque la última vez que la dejé desocupada durante unos días, lo único que encontré fueron telarañas y diferentes tipos de insectos por todas partes.
—Eso, debo resaltar que lo usaste con brillantez en tus experimentos —intervino Ariana y puse los ojos en blanco.
¿Ella no entendía lo que quería decir? Para usar esos insectos en mis experimentos, tendría que recogerlos y luego ponerlos en un frasco de manera cuidadosa también. En resumen, ¡limpieza!
—Bueno, empecemos con el día, que ya ha avanzado bastante mal para mí.