Capítulo 32

—¿Eric? ¿Qué demonios estás haciendo en mi habitación? —grité antes de levantarme de la cama. —¿Que qué estoy haciendo aquí? ¿Qué estabas soñando? Tuve que interrumpir mi juego para venir a ver cómo estabas. Además, ¿cuándo volviste a casa? ¿Por qué no escuché cuando llegaste? Creí que había un intruso en tu habitación, pues Mark mencionó que en una ocasión entró un bandido a tu casa. Sin embargo, cuando entré, lo único que encontré fue una bella durmiente gimiendo en su cama —dijo Eric, y sus palabras hicieron que le lanzara una almohada. —Eres un idiota. Entré en la casa, hice la comida e incluso te pedí que comieras. Sin embargo, lo único que hiciste fue ignorarme. Te quedaste sentado como una estatua, y ahora te atreves a preguntarme cuándo fue que volví a casa. No entiendo por qué Mark piensa que puedes protegerme de los bandidos. Por lo visto, mientras estés viendo un partido de fútbol, los bandidos pueden entrar a matarme y robar mis pertenencias, y tú ni siquiera lo notarás —me