Capítulo 16

Esa frase resonaba en su mente como un hechizo, repitiéndose sin cesar, perforándole el pensamiento con una angustia insoportable. Se llevó las manos a la cabeza, intentando detener el dolor. ¿De verdad no le gustaba Andrea? ¿De verdad no sentía absolutamente nada por ella? ... El muro helado que había construido alrededor de su corazón comenzó a resquebrajarse. Si realmente no le gustaba, ¿por qué le dolía tanto verla triste? ¿Por qué sentía rabia cuando recibía cartas de amor de otros? ¿Y por qué, cuando se casó con Manuel, perdió completamente el control? Cada pregunta tenía una única respuesta. Le gustaba Andrea. Era precisamente por eso que reaccionaba así. Era precisamente por eso que, cuando se dio cuenta de sus sentimientos, sintió aquel dolor sofocante. Pero aunque no compartieran lazos de sangre, la realidad era cruel. Los rumores de la gente la lastimarían. Y él jamás permitiría que sufriera. Por eso tuvo que alejarla, una y otra vez. Por eso utilizó a Alicia como una pantal