Capítulo 1060
Durante los tres días siguientes, Rubén permaneció tranquilo en la empresa. Al haber superado este momento clave, inevitablemente comenzó a pensar en Rosario.
Desde su despedida en aquel lugar, ya había pasado casi dos semanas, y ella no le había dado ni una sola llamada.
Rubén también tenía su orgullo, y en esa situación, lo más apropiado era cortar de raíz la relación.
Como él había dicho, no era que no pudiera vivir sin esa mujer.
Pero cuando pensaba en que realmente iba a terminar, le resultaba difícil dejarlo ir.
Llamó a Rosario, pero ella no respondió.
Rubén solo pudo conducir hasta su estudio, pero allí le informaron que ella no había ido en toda la semana.
De repente, Rubén sintió una ola de pánico; pensó que quizás ella se había escapado.
Después del pánico, vino la ira, porque si ella se había escapado, ¿por qué no le había avisado? Después de todo, habían tenido relaciones durante tanto tiempo.
Una rabia inexplicable llenó su pecho. De inmediato, condujo hasta la casa de Ros

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