Capítulo 1172
Ella bajó la cabeza y empezó a comer despacio, con calma, hasta que sirvieron el vino.
Gustavo fue el primero en levantarse. —Papá, brindemos. No te sientas mal por lo de Salvador; nosotros siempre estaremos contigo.
El ambiente en la familia Martínez había estado realmente apagado últimamente. Leonardo, al escuchar esas palabras, tomó la copa frente a él y la alzó ligeramente. —Eres el único que sabe hablar.
Gustavo sonrió también y bebió un sorbo de su copa.
Leonardo estaba a punto de beber, pero Lorena lo detuvo.
El cerebro de Lorena funcionaba rápido: si Adriel pensaba actuar esa noche, ese era el momento perfecto. Después de todo, la idea de brindar había sido de Gustavo. Si algo le ocurría a Leonardo, podrían culpar legítimamente a Gustavo, logrando así matar dos pájaros de un tiro, sin necesidad de idear después cómo deshacerse de él.
Además, pensándolo bien, la familia Martínez había guardado sus secretos durante años. Si ambos hombres morían repentinamente, nadie se enteraría.

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