Capítulo 1240

Gloria asintió, preguntó por la dirección de la casa de él y abandonó su auto para subir al de Jesús. Tenía miedo de que la gente de su padre la persiguiera, así que durante todo el camino, incluso al pasar por los peajes, llevaba puesta una mascarilla. En los últimos años, Jesús había estado trabajando en negocios fuera, desarrollándose con gran éxito, pero nadie sabía a qué se dedicaba exactamente. En Costadorada había comprado varias villas seguidas, todas valoradas en más de diez millones de dólares; era el que mejor había prosperado entre todos sus compañeros. Gloria siempre había estado jugando con Jesús, pero entre los dos nunca había sucedido nada realmente sustancial. Cuando el vehículo llegó a la orilla del mar, ella vio el océano y se sorprendió un poco. —¿Tu casa está en Cumbre? Jesús la sostuvo por la cintura para ayudarla a subir al barco, y en sus labios se dibujó una sonrisa. —Mi casa no está en Cumbre, pero mis negocios me llevan a moverme por la zona. ¿Cómo podría est