Capítulo 1277

Hacía mucho tiempo que todos habían olvidado lo que el antiguo presidente había hecho en su día. Era una verdadera tristeza. Ambos confiaban plenamente en las palabras de Lorena. El anciano, al ver los ojos de ella, sintió que le temblaban los labios. —Tus ojos se parecen mucho a los del antiguo presidente. No importa lo que quieras hacer, deseo que tengas éxito. Adiós. El corazón humano es un misterio; Lorena no dijo nada más. Aquel lugar estaba muy apartado, sin cámaras alrededor y, debido al proyecto de demolición, la zona se hallaba en un caos constante, con gente entrando y saliendo. Cuando Lorena llegó, ya había inspeccionado toda el área y ocultado su presencia con sumo cuidado. Tal como esperaba, Mauricio no tardó en llegar, acompañado por más de una decena de hombres, los mismos que Lorena había dejado tirados en el suelo antes. Pero cuando todos ellos entraron en la habitación, no encontraron a nadie allí. Mauricio se llenó de ira. —¿Acaso se están burlando de mí? —Señor Maur