Capítulo 236

El pecho de Lorena se sentía cálido y reconfortante. —Yo también te extraño. ¿Has usado las sandalias de pareja que te regalé? —Sí. Intercambiaron algunas palabras más, dulces y cariñosas, antes de que ella colgara la llamada. Ahora sí que se sentía realmente cansada; solo quería volver a casa a dormir. Mañana tenía que ir a la empresa de la familia Castro para coordinar un proyecto, y no sabía de qué manera Rubén planeaba ponerle trabas esta vez. Se dirigió a la habitación de Yago, y fue entonces cuando vio las heridas en su cuerpo. Algunas eran secuelas del castigo anterior impuesto por la familia Guzmán, pero muchas otras eran nuevas. Desde el cuello hasta el abdomen, prácticamente no había una sola parte intacta; era evidente lo brutal que había sido la agresión de aquel grupo. ¿Y aun así, con ese cuerpo destrozado, había conseguido ir a Grupo Fortaleza a buscarla? Toda la rabia que Lorena sentía hacia él se disipó de inmediato. Al fin y al cabo, no era más que un hombre mimado, ma