Capítulo 378
En cuanto salió esa frase, el ambiente en la sala se volvió tenso.
No era la primera vez que Alejandro decía algo así, y lo hacía en serio.
Andrea respiró hondo, dejó los cubiertos sobre la mesa y dijo: —Vete. No vuelvas a buscarme. Últimamente, alguien de la familia Gutiérrez me ha estado llamando. No quiero que esto se convierta en un escándalo.
Cada vez que se encontraba con Alejandro, le pedía que dejara de armar líos, pero él nunca le hacía caso.
Él seguía sentado, pero se levantó y volcó el mantel de la mesa, haciendo que todos los platos que había preparado cayeran al suelo.
Miró a Eduardo y sonrió. —Andrea y yo hemos crecido juntos desde pequeños. No me importa por qué están juntos, pero mientras yo siga aquí, olvídense de casarse. Eduardo, aún estás joven, puedes buscarte a otra persona.
Él, con sus gafas puestas y un temple sereno, tomó la mano de Andrea y la apretó con fuerza.
Su actitud era clara: no buscaba a otra persona, solo a Andrea.
Alejandro los observó de la mano y

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