Capítulo 379

A Andrea no le importaba su pasado, y a él tampoco el pasado de ella; ambos se respetaban mutuamente. Si se comparaba el matrimonio con la gestión de una empresa, en realidad serían socios excelentes, solo que les faltaba esa pasión. Pero la pasión, a fin de cuentas, es algo que tarde o temprano se desvanece. Al final, las dos personas dentro del matrimonio siempre terminan convirtiéndose en familia, tal y como ahora era su manera de convivir. Él dio una calada al cigarrillo, arrugó un poco la cara; el tabaco le resultaba demasiado áspero. Después de que Alejandro bajó, todavía sentía que el pecho se le agitaba en exceso. Subió al carro y, en ese momento, sonó el teléfono: era una llamada de su padre. La voz al otro lado sonaba cargada de cautela. —¿He oído que has estado molestando a Andrea? En la familia Gutiérrez nadie sabía que habían tenido una relación, solo intuían el aprecio que él sentía por Andrea. El hecho de que Andrea se hubiera apartado de la familia Gutiérrez, tranquiliz